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lunes, 29 de julio de 2013

"CARTA A LA PECO", escrita para su homenaje realizado el día 26/07/13 en Córdoba.

     He venido y todavía estoy aquí, a este homenaje que te brindan; me encanta porque sé que te encantará que sea con un árbol, los árboles siempre tuvieron "onda" con vos.
     Te traigo una carta, la carta interminable que desde junio del 76 te escribo.
     La traigo personalmente, porque no llegan los correos al domicilio desconocido de una desaparecida.
     Me he puesto un gorrito: cuando me ponía un gorrito vos me encontrabas hermosa, vos que eras hermosa, sin artificios, vos que eras hermosa como un poema. Ah! te traje un poema, dos, dos poemas, pero te los leeré después.
     A veces los poemas me salían después de algunas de nuestras interminables tertulias de día-noche, en la calle Colombia, aquí cerquita, donde vivías. Tertulias de desgarrarnos, tertulias filosóficas de buscarle el sentido al absurdo de "haber sido arrojado el ser humano al mundo" en un día cualquiera; desangrarnos en estentóreas discusiones sobre temas sedimentados en la acumulación de la historia que el humano ha transitado; vos eras la anfitriona, la recepcionista, la acompañante abriéndonos puertas que expandían nuestras mentes; y nos estacionábamos en Simone de Beauvoir en el segundo sexo, fijate que ha corrido mucha agua bajo este puente y ya no somos sólo nosotras (las de entonces) las pocas atrevidas transgresoras. Vos la amabas a la Simone y me hacías amarla a mí, y la poníamos en nuestro altar de símbolos sagrados, junto a nuestro corazón, al lado de la Juana Azurduy y la Mama Ocllo; y de la Mama Ocllo me introdujiste, con tu sabiduría, bebida en la boca de los ancestros, en el "corazón de la magia", en ese libro maravilloso, el más antiguo de todos, cuyo respirar se siente con sólo acercarlo.
     Y nos encontraba un nuevo día, acelestado en morado en nuestras ojeras, de consumidas mujeres, en el acto de la búsqueda, de algún puerto y fuimos deviniendo revolucionarias.
     Y del oriente milenario y mágico, al maravilloso soñar de los surrealistas y de Sartre a Ho Chi Min y del Che... te cuento, no sé si te llegó la información, el movimiento obrero está atomizado y no se ven Toscos (seguro que los hay, pero no se ven). Bueno, sonreí muchacha de los sueños altos, la juventud está cada vez más organizada, canta de nuevo con vos, flameando la bandera con la Violeta "viva la literatura!" Sé que estarías de acuerdo: nuestras cabezas muchas veces marcharon al unísono en muchas cosas; corren otros vientos que sin duda beberías; ayer estuve en el Pescado para Todos y en La Vaquita: casi lloro por la pobreza extrema, en esa villa, como en tantas otras; casi lloro y te sentía sentada a mi lado y te vi moviéndote, dando palabras, fuerzas, política, dándote entera, como sabías darte; no te dabas cuenta, pero dabas hasta el aire tuyo, el de respirar y entonces tu vida era un ahogo, un ahogo nacido de esa impotencia, de la indignación por la ostentosa ostensible injusticia.
     Y saliste a dar más todavía y te seguí y ya las tertulias no eran interminables sino rápidas, cortas, de mensaje cifrado donde iba la sangre que estábamos dispuestas a dar, de casa a las que llegábamos en viajes de olvidos, pidiendo las nomeolvides, con los jos cerrados para borrarnos todo para que el verdugo no se enterara si llegaba el momento.
     Y nos enseñaste a desarrollar nuestras infinitas potencialidades humanas para la resistencia, también infinita, de esta en la travesía de la Revolución y El Combatiente de tus manos a mis manos pasaba a todas las manos haciendo arder las conciencias.
     Tus manos, las beso ahora, tus manos abracadabreras, las de armas y desactivar las armas ("no nos habrían dejado otra opción", solías decirnos cuando por allí nos corría un frío por el espinazo)  y el análisis de los textos de los comandantes esclareciendo cuál era el enemigo! esas manos que revoleaban las monedas mágicas, cortando el aire y cortándonos la respiración para tornar certidumbre algunas acuciantes incertidumbres cuando el operativo aquel o el operativo este. Manos nerviosas aunque de suave acariciar, esas manos con las que cavaste la tierra,  hondo hondo para pegarnos otra vez a los pies las raíces, otra vez las raíces, que el coloniaje nos habían cortado; y así nuestra frenética indagación de la América profunda oscura y desnuda que latía en nuestra sangre. Con esas manos, ya desgarradas, sin ojos de leer, con dedos adormilados de hojear libros, exhaustos, ojerosos, me decías -una paltita  y esas manos de adivinar, de apuntar, de acariciar, de cavar, pisaba y pisaba la paltita y la endulzaba con dulcísima miel y me retornaba el sosiego.
     Yo todavía estoy aquí, es evidente que el desarrollo de tus potencialidades humanas, las del Bagabad Guita y otras sabidurías que practicabas y nos hiciste practicar, funcionaron; y no te arrancaron "nuestros secretos del pueblo".

Inspirar
no expirar
el solo
estado del Pensamiento
vence

                                   Se habló Se
                                                   Lo hablamos Lo

Algo desenrolla
libre adentro
entre el Proceso
de mi desaparición

                                    Se pensó Se
                                                    Lo dijimos Lo

     Yo todavía estoy aquí, vos eras de "los de hasta la victoria siempre", como los comandantes, como los jefes.
     Te traje un poema, dos como te dije al principio; uno, intento de pintarnos a aquellos que éramos y el otro para vos exclusivo, pero nunca alcanzaré a describir tu grandeza:

5 ahau. 13 muan, Argentina

Souvenires

Ninguna implicancia tenía morir
morir no era una maldición
maldición era el mundo burgués morir
morir lo que decían que era
era un regalarse un souvenir hasta vernos
vernos morir era un servicio más
más un libro con dedicatoria mojada de líbido
líbido con la que Otros regalaron una rosa ensangrentada
ensangrentada la rosa regalo porque sí
sí porque el agua es de todos
todos somos del aire del árbol de la nodriza del árbol de la nodriza Abundancia
abundancia porque es otoño
otoño que es don beberse la mañana con la boca
boca de los pulmones plenitud
plenitud porque seguirá `sonando la hora de los tiros´
tiros mientras haya mazmorras huesos rotos
rotos pueblos con el hambre clavado en el estómago
estómago fuera del festín

7 eb, 17 zip, Ña Perla

La Peco

Jefa
era el dios jacobino
despierto
en el fondo

En el fondo
ubicuo del Espanto
cerrada
su ostra perlífera

Jefa
guardó en su destrozo
nuestros secretos
del pueblo

Rabia
el verdugo
la Vida
de la vida Jefa

Celebración
del poder
Poder
¡Oh Peco

     Te cuento esto que vos entendías y que me pasó mientras se estaba en el final de tu homenaje:

                                         Salí de mí
                                         Rara avis
                                         me asenté en el árbol

Raquel

Nota: Los poemas citados pertenecen al libro"Historia de Lecturas", de mi autoría. 

domingo, 7 de julio de 2013

ENCUENTRO DE POETAS, NARRADORES Y CANTANTES

El 28 de junio en el Aula Magna del Hospital Neuropsiquiátrico de Córdoba, el Taller de Narración Oral y Escénica, junto con el Taller de Canto (ambos integrantes del Programa "Abracadabra Creatividad", realizaron n emotivo encuentro de narradores, poetas y cantantes. Agradezco la deferencia de haberme invitado.
Participé recitando "El Negro Falucho". "El hombre (filosófico sentido genérico) en su sustancia de "animal simbólico" ha llenado la historia de esas "imágenes investidas con el poder intrínseco de conectar lo visible y lo invisible": símbolos.
En momentos históricos de recuperación de símbolos que habían sido vaciados de su genuina representación de pueblos, va este "Negro Falucho". En el libro "Poesías" de Rafael Obligado hay una llamada al pie del poema "El Negro Falucho" que se refiere al suceso histórico en el que Falucho había sido protagonista: "Mitre parece haber sido el creador del discutido mito del Negro Falucho. En su "Historia de San Martín y la emancipación sudamericna" habla de "Falucho y el sorteo de Matucana" y como subtítulo "La sublevación del Callao". Cuenta que en la noche del 6 de febrero de 1824 "hallábase de centinela en el torreón del Real Felipe, un soldado negro del regimiento del Río de la Plata, conocido en el Ejército de Los Andes con el nombre de Falucho". Y a continuación narra el episodio que Rafael Obligado poetizó".
Exaltación de los héroes de nuestra Primera Independencia.

Yo tenía previsto, como segunda intervención, la lectura del cuento "El Juego" del libro de próxima aparición "Los Imponderables I" del cual soy autora.

El juego

El único culpable soy yo. Es inútil seguir castigando al inocente.
Todo el esfuerzo para el que se tensó mi cuerpo fue el de gritar, mientras cobraba conciencia de que ya mi padre acomodaba el banquito.
Yo, yo, yo fui, pero en mi pecho seguía guardado el llanto. La conciencia gritaba, pero me salía una vocecita que no pasaba ni un paso desde mi garganta y pretendía atravesar el patio hacia mi padre, sordo de ira por lo que había ocurrido; y la bronca de él era la de todo policía que se precie de tal, ante el delito.
Yo tenía 12 años y mi hermana 6.
Miguel tenía 10 y era el inocente acusado.
Mi padre seimpre acusa a Miguel de todo; es por la duda que le quedó cuando mamá se fue con “el Otro” y solamente intentó llevarse a Miguel, así es como yo me salvaba de cualquier reprimenda, con esa impunidad regalada, y mi vida, por ende, se deslizaba sin menores apremios, en esa verdadera escuela para “hacerse hombres y no unos mariquitas”: tal era nuestra casa, bajo los mandamientos de mi padre, lo que agradeceríamos, nos decía, cuando llegáramos a la Repartición a seguir su destino. Mientras esto decía, acariciaba su pistola reglamentaria y nosotros, no sé por qué mágica imitación, nos tocábamos nuestras braguetas.
El día que nos instruyó con “el ahorcado” yo tuve miedo y también entonces se me hizo este remedo de voz, como ahora, que más se parece a un maullido que a un intento de confesión.
Atábamos la soga, igual que lo está haciendo ahora mi padre, de una rama del paraíso del patio, y uno por vez, en riguroso turno, poníamos nuestro cuello en el hueco que formaba un lazo por el que transcurría, fácil, nuestra cabeza; luego debíamos subir a un banquito (esos de asiento redondo, sin respaldo, traído de la Repartición), despintado pero sólido y él cerraba el nudo deslizando una de las mitades de la soga y apretaba hasta que los ojos, queriendo salirse de las órbitas, le decían que la respiración ya no pasaba más; entonces aflojaba con una sonrisa. Yo sentía el gesto magnánimo, la extrema generosidad de mi padre al devolverme a la vida. Mi agradecimiento no tenía límites.
Cuando le tocaba a Miguel era distinto. Mi padre decía que Miguel necesitaba mano más fuerte porque era de sangre dudosa. En una oportunidad tuvo que llamar al servicio médico de la Reparición, porque no reaccionaba. El miedo me ha hecho olvidar cualquier otro dato de este hecho.
Mi padre ya ha terminado todos los preparativos para “el ahorcado” y está silencioso mirando fijo la soga. Mi desesperación me llevó a un nuevo intento por decir que yo, yo soy el único culpable y no Miguel, al que había encerrado en la pieza, con llave para que se prepare. Pero no sólo no emitía palabras, sino que únicamente emitía un ronquido sin signos: parecía que definitivamente me había llegado la mudez.
En las enseñanzas de mi padre estaba eternamente presente la palabra muerte: para un policía que lucha de frente contra el delito, la muerte es una novia querida a la que hay que aprender a amar desde pequeño.
Sería porque era mujer que a mi hermana de 6 años no la obligaba al aprendizaje del noviazgo con la muerte. Ella sólo presenciaba; a veces se reía y se jactaba de su privilegio; hasta se burlaba de mi miedo...
Mi padre ha comenzado a caminar hacia la pieza cerrada con llave donde está mi hermano.
Fui yo quien esta mañana inventó que jugáramos “al ahorcado” sin papá y Miguel se prestó al juego.
Cuando pusimos la cabecita de mi hermana tuvimos que achicar el lazo, y cuando Miguel ajustó y empezaron como a salírsele los ojos, se apresuró para aflojar; pero yo, como si alguien me lo estuviera mandando, pateé el banquito y mi hermana será enterrada, por decisión de mi padre, conjuntamente con Miguel, que morirá ahora; en juicio sumarísimo mi padre lo ha declarado culpable.
Yo sé que Miguel quería empezar a aflojar para devolverla a la vida con el mismo ánimo generoso con que lo hacía mi padre. Para Miguel era apenas un juego, un acercamiento al vértigo del beso de nuestra futura pálida novia.
Veo desde aquí que ya está listo Miguel, subiendo al banquito con la soga al cuello.
Altar de sacrificios extraño que tendrá dos corderos en el mismo día.
Intento decir que yo, nada más que yo, mas apenas me salen unas señas de mudo.

Únicamente se oye el ruido sordo y categórico del banquito que cae volteado por el contundente borceguí de mi padre.

miércoles, 19 de junio de 2013

Re-presentación de "Historia de Lecturas".


     


Estaba pensada esta re-presentación por los organizadores Martín Ávalos y Lucrecia Fernández, como una Presentación desde los Lectores, ofrecidos espontáneamente. Para esto, nos ubicamos en círculo, en ritual para una Celebración (la presentación de un libro es un celebrar, un libar, un contacto directo con lo sagrado) y allí como un ser vivo, fruto imaginario de la gloria humana más poderosa: la Palabra. Y la Palabra circuló y circuló creando un nuevo texto colectivo.



Insomniodriguez

Aleteo frágil, el de la mariposa nocturna, la que modifica el clima del otro lado del mundo, mi pequeño mundo, con conciente, la vigilia se agiganta...
Polilla que vas hacia la luz de la historia verídica y golpeas sobre la atmósfera que crea tu propia poesía revolucionaria...
Leo tus versos ya entrada la madrugada, rezo tu canto de sirena sobreviviente sobre los sueños de mis hijos, de mi amor, sobre el cansancio del día que quiere seguir luchando, naufrago, guiado por tu estrella, que pasa deprisa sobre la fugaz historia curva que deja tu estela de soles, noches y signos... de los Ulises cautivos de tu canto, todos somos un mundo, planetas errantes sobre una sola historia curva insinuante, que se llama Tierra, Teta, Vientre, Frente, Pacha, Mate, Mente...
Mariposa inquieta que me increpas a compartirte la luz mientras leo a Raquel... ¡Qué mentirosa que es la verdad! Cuando hacia el fuego nos lanzamos para saber cuán somos de luchadores, que quemamos la vida por la Revolución, por la re-evolución, de hacer de la noche otro nuevo sol, contenedor del tiempo, de la luz y del sudor... del ardor... Historia de Lecturas... quizás... un punto de inflexión, en donde los soñadores reconstruimos nuestra más grande convicción...
Raquel Rodríguez, calandria rebelde que cantas en mis madrugadas de insomnio y lectura, y a la rastra de tu trino traes el alba de un sueño socialista y de equidades populares... pero al fin, tus alas de polvo y  viento, crepitan y se esfuman de sed y justicia...

Patricio Pino

Marta Ferreti Fleury: 
                                    
"Historia de Lecturas es un libro que marca un antes y un después en la poesía, casi diría nacional, pero seguro seguro de la poesía cordobesa"

"huelga Es mujer" -dijo Lucrecia Fernández- "me conmovió profundamente". Leyó el poema señalando que esa conmemoración del hecho histórico nos reivindicaba como mujeres ante el "Día de la Mujer", tan próximo, como el Día de la Mujer conciente de su ser histórico y de su existir como eterna luchadora".


La lectora ritualista Susana Asselle, expresó lo siguiente:

"En oportunidad de su presentación en Rio Ceballos, el día 03/03/2013, hemos escuchado las voces de los presentes en lo que fue una ceremonia en torno al libro con su autora. Nos sentamos en circulo y allí, luego de la lectura del texto de Leandro Calle (quien lo presentó en la ciudad de Córdoba) y allí lo hizo Raquel, aparecieron las palabras de los lectores y de los que por primera vez oían sus poemas.
Dije que conocía a Raquel, en un trabajo conjunto en el Ministerio de Educación, donde me desempeñé hasta el 2013. Allí en el marco de un programa que fortalecía  vínculos con la comunidad educativa, desde distintos ángulos, Raquel formó parte de "Crear desde y con palabras", digo que allí la conocí buscando afanosamente volver a darle sentido a esos encuentros con directores, que se volviera a disfrutar de la lectura, para contagiar a maestros y niños en las escuelas, del mundo que se abre junto a los libros, a la literatura. Y allí estuvo Raquel, quien ya venía desde años antes, en su escuela, con la idea de "Leer es poder". Pero también nos encontramos en otro lugar, en la calle, en las marchas pidiendo justicia, verdad, memoria, en su compromiso con los derechos de hoy y de siempre. Su compromiso es también a través de la poesía, que es acción.

Cuando me encontré con el libro "Historia de Lecturas", me pareció raro, muy raro en su forma y me dije "¿qué es ese modo de fechar, ese modo de escribir los versos, algunas palabras, ese modo de decir?, ¿qué es Historia de Lectura?"
Allí también veo Raquel, en sus poemas escritos con impertinencia a las normas, que bien conoce para poder hacerlo. Utiliza mayúsculas donde quiere, quiebra las palabras, los signos de puntuación son escasos y evoca con lengua inusual su camino de lectura. Se pueden encontrar, solapados los autores leídos, cantores populares, los líderes políticos revolucionarios, los barrios de Córdoba, situaciones del mundo que nos conmovieron. El título "Historia de Lectura"  es una elección muy ajustada, nos ofrece un camino en qué reconocernos, y es historia porque es con otros, y en su singularidad nos permite transitar la lectura de momentos compartidos, en fin modos de ver, de comprender.
Raquel busca en Historia de Lectura, es una lengua especial para compartir de otra manera la historia y las memorias de luchas, de sueños y desde la dedicatoria, traduce a su nieta que le dice "Ah Belela con la Taty tuvimos una idea genial: tenés que dedicarme el libro a mi que soy tu nieta" y luego a ella misma, "A Raquel Rodrigez, intento de que el Propósito me suelte".
Decíamos allí que un texto de 300 páginas con glosario incluido, no tiene pretensión de excentricidad, busca y genera un estilo propio para poder contar con esa cosmovisión.
Es un libro que no es fácil, es para ir y venir de él, para interrogarnos, es una gran Historia!
Gracias Raquel".


Silvia Rodríguez (pintora):

"Historia de Lecturas es un libro que da trabajo, da mucho trabajo aprehenderlo, pero ese darte trabajo es lo que a uno lo tiene atrapado y no puedes desprenderte y no puedes dejar de tomarlo y reto,arlo y así al infinito".


Por su parte, Miguel Ángel Ferreras:

A mí el título me evoca también a un modo particular y transformador  de leer el mundo en que se vive y trabaja. Su obra alude a miradas y acciones de los que luchan y lucharon siempre por acabar con la injusyicia y la opresión. En este sentido podríamos entender el título como una historia de las lecturas del mundo que se opone a la de los poderosos de siempre.
Por otra parte se aprecia en su poesía una frescura que nos ubica en un punto poco común, no se trata del poeta consagrado que expresa alguna idea de izquierda o "progresista", ni del  militante que tímidamente deja escapar su sensibilidad de la mano de la poesía. Es a la vez poesía y acción militante transformadora. Es un puente que evidencia que se puede ser a la vez poeta y militante de la lucha de los oprimidos. Su obra la podríamos ver como propia de una obrera de la tiza que siempre luchó pr los derechos de su pueblo, que hace de la poesía un instrumento más de su lucha. Y también como la de la poeta que entiende que  su palabra y su estética han de servir y honrar a la lucha de su pueblo. 

Los lectores ritualistas se sucedieron. Llegó a crearse una atmósfera de re-creación: el lector-hembra. como quería Cortázar, abierto al contacto carnal, cuyo producto fue el texto particular que cada uno concibió.
Por último; ¡exquisita la sopa paraguaya y exquisita también la palabra de Martín Ávalos!

"Historia de Lecturas, de Raquel Rodríguez comienza a ser la historia de lecturas de Martín Ávalos.
-"¡Personalistas!" gritarán, pero me es imposible no establecer un diálogo con los versos (al leerlos), con Raquel (al leerla) y con mi propia historia de lecturas y de vida, "qué culiau", "vé vó", "e lo qui ai", trajeron imágenes de la cuadra y la infancia de zapatillas grandes y rotas. "Barrio Clínica Juventud" me pedaleó diapositivas de mi búsqueda andariega en el rodado del asfalto caliente de la siesta en la ciudad. "Santucho", "Trelew", "EGP y el ERP" ni hablar de mi ostracismo habitacional preparando el Ejército de Espíritus para salir nuevamente a batallar.
La presentación que hiciere el poeta Leandro Calle de "Historia de Lecturas" el pasado 8 de mayo en la ciudad de Córdoba aporta el elemento del "Laberinto". "Necesitamos -dice Calle- de un hilo de Ariadna para este laberinto". Tendrá sus motivos, claro, pero más que metáfora lo mío fue una sensación. Veamos:
Laberinto: estrechos pasajes que desorientan y donde transitar uno te puede llevar a ningún lado o a otro por el cual ya caminaste y por el que desembocaste en este una y otra vez. Además de soledad y, por qué no, abandono también. Claro, no necesariamente este es el paradigma de laberinto; para otros será desafío, pero para este otrora vagar-mundo esa es la impresión, o el recuerdo de las eternas siestas al garete.
Ahora bien, presentarte el libro mencionando al "mentado laberinto" me introduce a la lectura con resquemor de soslayar la vaca cuando tuito la leche caliente. Pero al ir andando y desandando los versos descubrí que alguien tomaba mi mano y me llevaba a recorrer su propio jardín.
Así, con Raquel, fuimos degustando revoluciones, luchadores y pueblos oprimidos que se rebelan.
Un montón de hijas e hijos que crecen desobedientes se prendían de mis pantalones cantando victorias de azos y azos: Cordobazo, Argentinazo y grité el próximo Marianazo.
Raquel, con su dulzura, desentrañaba la urdimbre mostrando que sólo quedan "grietas" y "fisuras", "conciencia de opresión" y "luchas".
Y en ese "viaje al centro" de la "unidad y el equilibrio con el todo" -ayni y Pachamama- otra vez vi que la vida fluye,  fluye, y que para continuar la magia (Hegel) y superación, "todo lo que existe merece perecer".
"Historia de lecturas· es, entonces, uno de los productos de la clase (productora) y contribución a la re-creación.
Raquel Rodríguez, gracias.
La Granja 28/07/12
Martín Ávalos

MUCHAS GRACIAS!












domingo, 31 de marzo de 2013





Es un libro de 314 páginas.



  
 



     La presentación del libro estuvo a cargo del poeta Leandro Calle:




Sobre "Historia de Lecturas", de Raquel Rodriguez 

   En el excelente prólogo del poeta Miguel Espejo, hay una referencia que él toma acerca del libro que está dicha por la misma autora: “…presentar una cosmovisión que comienza con el primer día del mundo en África (arbitraria) y culmina en 2012 (cumplimiento de las profecías mayas). Es un deseo (ocurrente, arbitrario) de retomar el tiempo perdido, el que nos perdieron los invasores”.

   El glosario del final obedece también a un lenguaje americano que hemos perdido en parte, que está presente muchas veces de manera residual.

   El segundo poema que abre el libro dice:

Terror del Puente
conexión preparada
sobre el Estrecho estrecho

Oh Bering

Sus huellas son las huellas
del polvo
magamadre del Secreto
Entrada

Lo Real Maravilloso
abre sus no visibles puertas
reino del desparramo
de la Exhuberancia

Paso a paso
del Teksemuyuk
hacia sí
llega a su Casa:
paredes de música


   El hecho de pasar por el estrecho es nacer, es parto, origen del mundo americano. Es decir, este libro nos va a hacer pasar por el estrecho de Bering para nacer americanos. Estamos en camino. Es un libro arduo, su urdimbre es compleja. Una selva de símbolos, un bosque de metáforas. Hay que entrar y mirar, y sentir y oler. Hay que dejar que la razón intervenga después, mucho después de haber olido, tocado y saboreado este universo.

Luego viene el maíz.
Luego el mito del hombre

A
primer vagido
del silencio primero
Hay una mujer
un hombre
oyendo sus colores
La han hecho carnadura
en la piedra
tejido
en la urdimbre de notas
útero
Una hija hijo
habrá
de desobedecer


Escritura

Escritura
hilos a Siempre Jamás
Khipu, cuando ya no esté
hablará de la vida futura
en Su pasado

   Este poema (30-31) comienza evocando a Maiackovsky. La autora nos va introduciendo en su propio universo. Recordemos el título del libro: Historia de lecturas. En ese universo aparece la escritura como algo a descifrar cuando ya no esté. Pero la Escritura, así con mayúscula, es metáfora de otro desciframiento, la vida, el mundo, el poder de llegar a comprender el sentido, los arcanos, el tiempo con mayúsculas. Y al decir desciframiento tal vez me equivoco porque no se trata de un lenguaje alegórico sino metafórico. Es decir, no hay una correspondencia exacta a cada cosa, sino que hay la captación de una totalidad, de ahí lo mítico. En este sentido lo simbólico en interpretación de Gadamer y no de Pierce, nos ilumina el texto. Necesitamos de un hilo de Ariadna para este laberinto. De ahí el glosario.

   Por momentos, hay un lenguaje quebrado, un lenguaje que se quiebra en la voz de Raquel Rodriguez. Y es que el lenguaje poético, viene a ser nido mítico y metafórico de la urdimbre conformada por un lenguaje primordial –que habla por debajo- y un lenguaje de colonización que habla por arriba, un lenguaje impuesto. La urdimbre de la realidad poética está conformada por estos dos lenguajes que a su vez son múltiples lenguajes. Es a través de las grietas, de las hendiduras y de las fisuras por donde la poesía hace su aparición. Todo lo que acontece, acontece en “el adentro de la enorme Música” como lo dice en el poema “Danza”. Y entonces, es preciso escuchar. Es preciso dejar que crezca el silencio para entrar en la danza. En este poema que acabamos de mencionar, hay a mi modo de ver una clave de lectura. La danza de los derviches y el entrar en trance es “Imago” del lector de poesía ideal. Es necesario entrar en trance, danzar, dejar que la poesía hable en nosotros. Dice en el mismo poema:

Elevación a lo inaccesible a la razón
Los pies dejan pasar por debajo
las almas de las cosas
su silencio
prende el soplido invocación del Fulgor
En los espasmos giratorios espiralados
las llamas Lo presentarán consumidor
hasta que en la nada de lo congregado
refulgente fulguroso
Lo exponga

   El poema comienza con la palabra “trance” y termina con la palabra “arrobamiento”. Estamos ante el lenguaje místico-poético que es – a mi modo de ver- el lenguaje que más le conviene a la poesía. Pero estamos lejos del arrobamiento y del trance alienante y alienador. No, aquí estamos entrando en la “enorme Música”, es decir en el alma del mundo o de la tierra y eso es lo real. Para decirlo con Mircea Eliade, el sentimiento del hombre de las primeras comunidades humanas, ve este “acercamiento al centro” ese centro que es el tocar el punto mítico primordial como lo más auténtico, lo más real. Lo sagrado aquí, es lo más cercano y lo más profundo. Por eso, no es alienante y como el mismo libro lo va mostrar, este éxtasis, este arrobamiento, no esquiva lo político, ni lo social, ni el dolor, ni la muerte como tampoco el amor.
   Por eso el planteamiento cosmogónico va haciéndose historia y se va haciendo ya desde los títulos. Pensemos por ejemplo en “docedeoctubre”. Aquí el lenguaje es memoria y denuncia:

Lascivos de violencia
arrancarán
los vestidos a las selvas
sus pulseras
de lagartijas
sus collares corales
de víboras.

La tala
dejará a los montes
sin sus verdes almas
de Aluxes. (hijos de un dios maya)

Vaciarán
los preciosos
ovarios
de las cordilleras…

en sus estandartes:
“Viva la muerte”.

   En esta parte que se abre con el poema docedeoctubre, aparece la cosmogonía americana y su historia con mayor presencia. Y aparece mezclada en toda su variedad: Moctezuma con Atahualpa, los dioses mayas y Artaud, Iglesia e inquisición. Este acontecer no es una desprolijidad de la autora sino que obedece a una “cosmovisión” en el sentido de una Weltanschauung. Es cosmovisión personal donde la unidad está dada por el lenguaje poético. El todo del poema y aquí cabe preguntarnos si hablamos de un poema o de varios poemas, pero decía, el todo de un poema es el que confiere la unidad y el sentido. La belleza.
Si bien la cosmogonía propuesta por Raquel Rodriguez, no abreva únicamente en el mundo americano, podríamos decir que lo americano es su columna vertebral. Hay un “poetizar situado” por tomar aquel concepto de Rodolfo Kusch, ese pensar desde América. El filósofo argentino, contraponía el “estar” al “ser”, al dasein de Heidegger, fundando de esta manera un pensar situado, un pensar en la perspectiva del estar que luego iba a devenir en la categoría del “estar siendo”. En este sentido creo que hay un poetizar situado. Una poesía que se dispara, surge, nace, revienta o florece desde un contacto con la tierra. Es decir, la razón es lo que queda para un segundo momento. El momento primero está dado por el estar. De allí, dice Kusch que lo americano se aparece como lo contrapuesto al orden y la pulcritud, es decir hedor y mugre, caos y desorden. Lo occidental representa la ciudad, el orden, la razón. Pero estas dos categorías que Kusch separa, aparecen en la realidad mezcladas, aparecen fagocitándose la una a la otra. Lenguaje del colonizado y lenguaje del colonizador. El poema/los poemas de Raquel, acontecen a partir de las fisuras, las grietas que dejan este agónico proceso del ser con el estar.
   En esta cosmovisión subyacen las lecturas personales, las vivencias personales. Son huellas, vestigios que anidan en el poema. El poema no necesita ser descifrado y sin embargo podemos a veces encontrar un horizonte semántico detrás de algunos versos. Es decir, las lecturas de Raquel que hoy se han vuelto paisaje del poema y que por momentos aparecen como dejando entrever el atrás del poema, la cocina del poema. En “ComúnEros” por ejemplo, la mención homenaje al libro de Galeano Las venas abiertas de América Latina. Adivinar o encontrar esos vestigios ilumina más pero no es imprescindible para la vivencia, para el encuentro con el poema y la poesía.
   Entre la cosmovisión personal de la poeta y la cosmovisión subyacente al mundo, ese “ethos cultural latinoamericano”, está la historia. Así, nombres propios, lugares y situaciones como también conceptos políticos y filosóficos transitan por el libro, se pierden en el poema y brillan ante nuestro encuentro.
   La lucha de clases es uno de los conceptos que se hace visible en la urdimbre del poema. Lucha que viene a continuación de esa lucha entre el ser y el estar kuschiano, entre un pensar situado y un pensar foráneo que el poema-libro viene planteando desde los comienzos.
   Les confieso que dudo por momentos, de no haberme perdido en este laberinto cosmogónico. Dudo y temo de estar aplicando continuidades y discontinuidades que solamente a mi me parecen correspondientes al poema. Releo el poema “Des cambalache” y encuentro a Marx mezclado con Hesíodo el padre de las teogonías (700 a de C aprox.)

Marx
sabio padre
de los trabajos y los días
mete su cuchara
Hesíodo
con la simpleza
del canto de un árbol
pleno de pájaros
Así parado
árbol
sobre la montaña
tomos volumen
de montaña
filosofía

   Me quedo más tranquilo. Pero aparece Freud, Einstein y la huelga de mujeres que termina con ese quemadero que dio fecha de origen a la lucha de la mujer.    Entramos me parece en pleno vértigo del mundo en su abismo, en su grieta más grieta y es momento de lucha y barricada. Y aparece Córdoba con el barrio Clínicas. Aparece Sacco y Vanzetti. Vallejo y su virgen de los Sicarios. Aparecen entonces las lecturas, la historia. Los personajes políticos: Perón, Evita, Stalin, Truman, Busch, Mao, Fidel, Camilo Torres.
   ¿Pero entonces el libro es una gran bolsa? ¿Un recipiente donde la desordenada historia se vuelca? No, el libro es poesía y como tal agarra todo ese material para hacer exactamente eso: poesía. ¿Y qué es poesía? Dejo la pregunta a la consideración del lector. Tal vez la poesía sea pregunta que deja cosas madurando adentro.
   Volvamos a la selva, al laberinto, a deslumbrarnos con la belleza de sus símbolos.

Suvenires 213
Poema que me permito leer completo:

Ninguna implicancia tenía morir
morir no era una maldición
maldición era el mundo burgués morir
morir lo que decían que era
era un regalarse un suvenir hasta vernos
vernos morir era un servicio más
más un libro con dedicatoria mojada de libido
libido con la que Otros regalaron una rosa ensangrentada
ensangrentada la rosa regalo porque sí
sí porque el agua es de todos
todos somos del aire del árbol de la nodriza Abundancia
abundancia porque es otoño
otoño que es don beberse la mañana con la boca
boca de los pulmones plenitud
plenitud porque seguirá “sonando la hora de los tiros”
tiros mientras haya mazmorras huesos rotos
rotos pueblos con el hambre clavado en el estómago
estómago fuera del festín

El poema es claro y brillante. La articulación del final del verso con el comienzo del verso siguiente en la utilización de la misma palabra, le da una sensación de efecto dominó o de bola de nieve que arranca parte del pasado para generar futuro. Yo en ese recurso no veo otra cosa que aquel dinamismo de la lucha en los 60 y 70 que se fue esparciendo en todo el territorio americano. Los pueblos rotos que comenzaron a andar, a luchar y a hacer frente a la opresión que desde tiempos coloniales estaban sometidos.

   Siguen poemas que se enraízan en nuestra propia historia. Trelew, las tres A y “El Cuqui”, poema central del libro. Luego, los duros años de la Dictadura, Los campos, las madres. Los 30001 desaparecidos. Y el libro sigue hasta terminar con un manifiesto. Hasta aquí, me siento un cronista de un mundo poético sumamente original.
   Hay numerosas maneras de entrar en este libro originalísimo. Por comentar algunas: seguir los epígrafes y dedicatorias; otra, tomar los lugares y los acontecimientos históricos, los cronotopos literarios; otra, los juegos de lenguaje; etc.
   Decíamos al comienzo que estábamos ante un universo, una cosmovisión. En esta crónica de mi viaje por el libro, crónica seguramente imprecisa, siento que tengo ganas de volver. Es decir, el sabor del viaje se me ha quedado pegado al paladar y siento deseos de volver a este universo-libro, a esta cosmovisión poética y meterme en su urdimbre de palabras y hechos. Estamos ante un libro que es muchos libros. Estamos ante un poema que son muchos poemas.
Personalmente quisiera volver a alguno de ellos y enredarme en esa lucha. Porque en estos poemas hay conciencia de lucha y conciencia de opresión.
Quiero citar aquí un texto que seguramente leyeron muchos de los protagonistas anónimos y conocidos de esta cosmovisión:
“Hay que decirlo: creemos que el esfuerzo colosal al que son instados los pueblos subdesarrollados por sus dirigentes no dará los resultados previstos. Si las condiciones de trabajo no se modifican, pasarán siglos para humanizar ese mundo animalizado por las fuerzas imperialistas” (Los condenados de la tierra de Frantz Fanon)

   Esta cosmovisión poética es un bello testimonio de la lucha de una América Latina que desde sus comienzos hasta hoy, desde la colonización hasta el imperio del capital, busca su humanización plena, frente a la animalización a la que es sometida. Tal vez la poesía, sea un camino para acercarnos a un mundo más humano.

Leandro Calle
2012 último día de abril.

     Por otra parte el poeta Miguel Espejo le hizo un bellísimo prólogo:

Una luminosa cosmogonía bajo forma de collage

Por Miguel Espejo

   Dentro de las numerosas vertientes que dejaron las “vanguardias” de comienzos del siglo XX, que modificaron de raíz las formas expresivas de la literatura y del arte, una de ellas consistió en el bello encuentro, sobre una mesa de disección, entre un paraguas con una máquina de coser. Si bien la fórmula de Lautréamont se remonta a fines del siglo XIX, fueron los surrealistas quienes reivindicaron esta propuesta de reunir bajo el amparo del sueño y del inconsciente, a través de asociaciones libres, aunque paradójicamente de un modo sistemático, elementos heterogéneos, contrastantes, que dieron lugar a algunas de las mejores obras de Max Ernst. Este maestro del collage propició un mundo pictórico que tendría su equivalente, en el terreno poético, en Eliot entre otros. En nuestra lengua, César Vallejo dio una vuelta de tuerca: “Un flaco pasa con un pan al hombro. / ¿Cómo hablar después de André Breton?”
   El singular y valioso conjunto de poemas de Raquel Rodríguez, Historia de unas lecturas nos invita a adentrarnos en las numerosas alteridades que “conforman este singular universo”, a recorrer el enorme espacio que hay entre lo que tenemos al alcance de nuestra mano y la estrella más lejana, a ser partícipes de diacronías y sincronías, en la vasta dimensión de la heterogeneidad. De la Dedicatoria, en un tono familiar, lúdico e íntimo, pasamos sin transición a El Mayab, al tiempo de la Conquista de América y a una suerte de cosmogonía, donde también estamos inscriptos nosotros, en nuestra efímera existencia, aunque igualmente los hechos históricos que nos tocaron presenciar y sufrir como aquellos otros que heredamos.
   Cuando le pregunté a la autora sobre la datación maya que había establecido, me respondió con una precisión que no vale la pena reiterar, sino tan solo transcribir: “Significa la pretensión de presentar una cosmovisión que comienza con el primer día del mundo en África (arbitraria) y culmina en 2012 (cumplimiento de las profecías mayas). Es un deseo (ocurrente, arbitrario) de retomar el tiempo perdido, el que nos perdieron los invasores. Es seguir el tiempo real que lleva al sexto sol, a la cuarta dimensión. Es verlo que pasa y treparnos a él con nuestra historia. Salir del calendario-tiempo de la baja vibración que nos impuso la cruz y la espada.” Una poesía, en suma, ceñida en parte a lo que acontece en el gran año cósmico, pero también ocurrente y arbitraria, es decir, atravesada por el aspecto lúdico que permite todo lenguaje y que Georges Bataille denominara felizmente esta instancia como la del Juego Mayor.
El tiempo cósmico de los mayas y de los egipcios aparece preanunciado desde el principio, a través de “La Boca / plétora de Seres / Respira / la visibilidad / de la / Manifestación”. En los hechos, este poemario debe ser leído como un solo poema, en donde la autora hizo coexistir textos escritos en diferentes épocas, pero subsumidos en la actualidad en este despliegue de signos y símbolos. Si bien en un punto límite cada palabra puede ser considerada un símbolo, la posibilidad de organizar un conjunto de símbolos, provenientes de todos los lugares del mundo, es una tentativa prometeica que está condenada al fracaso.
   Las grandes obras de arte han advertido esta contradicción desde los fundamentos sobre los cuales se sustentan. La poeta nos recuerda las palabras de Herodoto: “Egipto es un regalo / del Nilo”. Podría decirse que las bases de las inmortales pirámides están construidas sobre la transitoriedad. El tiempo cíclico tiene una gran ventaja sobre el tiempo lineal concebido por una sucesión lógica de acontecimientos. El tiempo cíclico, como el eterno retorno de Nietzsche, no pueden ser refutados desde el punto de vista del realismo ingenuo porque nada de lo que vemos, si seguimos a la física teórica y a la biología molecular, es lo que vemos. ¿No fueron acaso poetas y profetas, filósofos e infatigables buscadores de respuestas, los primeros en advertir el estupor de existir?
   En un texto atribuido al legendario Hermes Trismegisto se consigna la profecía de Toth acerca de lo perecedero del mundo. Estos dioses o seres superiores, representantes de la sabiduría humana y de los poderes mágicos del hombre, fueron para sus seguidores una piedra basal del conocimiento. Los gnósticos han terminado por estrechar sus manos con los astrónomos de nuestro tiempo: todo está unido con todo. Estos elementos que aparecen al comienzo del poemario no lo hacen en desmedro de la función estilística. Por momentos, las aliteraciones y el ritmo prosódico potencia la expresión poética a niveles muy poco transitados por la poesía de nuestro país:

Barrio Clínicas Juventud
insurrecto
ínclito heroísmo
batallas ciclamor
clamoroso clan de claveles
clarín en la claustrofobia
de los clérigos

   Como bien puede observarse en esta estrofa, no está únicamente presente Córdoba con sus rebeliones y el bastión que fue a veces el Barrio Clínicas, sino también Macedonio Fernández y En la masmédula de Oliverio Girondo, es decir, resonancias de algunos de los textos centrales de la poesía argentina. Raquel Rodríguez ha emprendido una historia de sus lecturas y de sus vivencias combinando lo más cercano (una nieta, por ejemplo) con el gran ciclo cósmico de los mayas, pasando por muchos de los episodios que han marcado una etapa trágica y horrorosa de nuestro país, pero sin perder de vista, en ningún momento, que se encontraba escribiendo poesía y utilizando para ello sus mejores recursos.
   Conocí a Raquel a fines de la década del 60, cuando estudiaba literatura con mi hermana, desaparecida en la ciudad de Córdoba en junio de 1976. Pero no sólo fueron compañeras en la carrera de Letras, sino también de militancia. Uno de los poemas le está consagrado y su título es justamente el apodo que mi hermana tenía: “La Peco”. Ambas amaban ese mundo prehispánico que en nuestra Argentina recién comenzaba a conocerse. “Encontraron lo que debía entrar en la carne del hombre”, dice el Popol Vuh para referirse al maíz, la planta esencial de la América prehispánica. No me cabe duda que la lectura del Popol Vuh fue decisiva en la concepción de una parte de la poética implícita en este conjunto de poemas, pero tampoco dudo que la rebeldía frente a la injusticia y a las
desigualdades fue la que la llevó a consignar: “Desobedecer / es / obedecer / a la / Armonía”.
   Me resulta casi imposible leer el poema sobre mi hermana sin estar socavado por el enorme conflicto emocional que se apoderó de los miembros de una familia que posee / no posee un “desaparecido” en su seno; pero simultáneamente me es imposible eludir este texto, tan cercano a otros que abordan un tema semejante. Fechado en La Perla (7 eb, 15 zip), en “La Peco” se efectúa un homenaje recordatorio al mismo tiempo que un desplazamiento. Su comienzo “Jefa / era el dios jacobino / despierto / en el fondo” apenas nos permite adivinar su final: “Celebración / del poder / Poder / ¡Oh Arjuna”. Uno de los momentos centrales del MajáBharata y del Bhagabad Guitá es el diálogo que Arjuna mantiene con el dios Krishna, pues duda de entrar a la batalla donde en el campo adversario van a morir familiares suyos. Krishna le responde, en ese poema épico más que perdurable, que entre la acción y la inacción siempre es preferible la acción. La poesía, como nos lo recuerda Raquel Rodríguez, es capaz no sólo de guiar, sino de transformarse ella misma en acción.

Buenos Aires, 26 de octubre de 2011

El libro puede conseguirse en Alción Editora, Galería Cinerama Local 15, Córdoba, Argentina.

     De este libro, que es un totalidad, se desprende este poema:


Manifiesto

I
AB turinauta guía
barquito de papel=C
crucero de placer
rutas de la Víaláctea
telecentro de telephatos
ello a ello

II
Ha volado una luz
de mariposas
lee el pensamiento
soliloquios
de los mudos ausentes

III
la lámpara
´mente viviente del Todo´
cubre sombra
el labio del lago
Kósmico 
del libro de la luna llena
el ´código genético divino´
nous

IV
sabia Gerusía
meninge pía
oficia de mesías
desde las tres marías
a las cuatro esquinías

V
El Arte
correntadas de suspiros
de los que te han visto
nos okupa

Raquel Rodríguez